Profundizar a través de la diversidad. La observación detenida de la superficie como estrategia para el conocimiento. Ir tras la pista de la experiencia vital en un afán por otorgar un orden o un sentido a lo que nos rodea. En suma, representar la realidad en un grupo de imágenes que no asumen certeza y, sin embargo, algo ocultan o evidencian.

Inicié este proyecto con una inquietud tipológica. El tipo devenía en signo y de él todas las conjeturas posibles. Mi signo representaba una mesa en cuya superficie encontraba los restos de algo que había sido o sucedido: una comida. Descubrí entonces el valor del uso y del consumo, como una segunda capa que enriquece nuestra experiencia con las cosas. El carácter universal de esta experiencia - el de la comida y por extensión el de la bebida - me permitió sistematizar y esclarecer mi búsqueda.

Una mesa no es sólo una mesa, es, sobre todo, un depósito, un contenedor, una superficie. Una mesa también es, un espacio de encuentro, de reunión, la herramienta cultural del hombre para la formación de vínculos o desvínculos con los otros, o con uno mismo.

Así, las mesas en Fiesta funcionan como restos arqueológicos de una dinámica de intercambio, una evidencia contemporánea del ser y del estar, y cuyo énfasis en la experiencia concreta y particular busca un personal acercamiento a lo cotidiano, a lo desapercibido. He hallado aquí una tensión, una pulsión que no es otra cosa que el tránsito del hombre sobre su entorno y su tiempo, una huella camuflada de su acción y su corrosión, un signo que remite a un estado material e inmaterial, una representación de la condición humana. Fiesta es una celebración de dicha condición.


J.O.R.



Receptor (2008).
















Noticia # 2. de Sabor nacional.


Entrevista.


Invierno.


Miraflores.